La rutina es un viaje,  estructurado y con limites mas o menos amplios, pero es un viaje.
Despertarse, desperezarse, desayunar;  chequear si la bici esta inflada y abrigarse,  un par de secas y a la calle,  a la puta calle, con el mp3 puesto en dancing mood.
Pasar por las mismas cuadras, pero de pronto ante la posibilidad de cambiar de camino, hacerlo y subir a  algun cordon,  poner las piernas en el cuadro y si el trafico  lo permite y la calle es en bajada, soltar el manubrio.
Dejarse llevar y escaparse de todo, de toda la mierda que nos rodea y dentro de esa mierda ver lo lindo, porque hasta la mierda puede tener matices hermosos algunas veces.
Viajar, irse y volver sobrio o no, es hermoso.
viernes, 5 de septiembre de 2008
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